Acompañado de su familia y en su hogar falleció ayer uno de los más insignes pioneros de la fotografía de Puerto Montt y del sur de Chile, Kurt Grassau Von Bischoffhausen (1930-2013) quien dejara importante testimonio gráfico de la historia de nuestra ciudad, con imágenes que hoy son íconos y que merecieran importantes reconocimientos de la comunidad por su trabajo.
Su talento, sumado a su pasión por la fotografía, lo hicieron testigo único de importantes procesos ocurridos en nuestra ciudad y zona, al registrar eventos como la erupción del volcán Calbuco, terremoto de 1960, poblamiento de la zona de Futaleufú y Aysén o, simplemente, reflejar la vidas cotidiana en la que se desenvolvían las personas de Puerto Montt y otras ciudades de la Región de Los Lagos.
Sus funerales, que se realizarán el miércoles 19 de junio a las 15 horas en la Iglesia Luterana de Chamiza, donde sus restos están siendo velados. Le sobreviven su esposa Elna Stange Ohlsen y sus tres hijas.
El Alcalde Gervoy Paredes dijo “como municipalidad, y en representación de la comunidad de Puerto Montt, quiero expresar nuestras más sentidas condolencias a la familia de don Kurt Grassau, uno de los más destacados fotógrafos que ha tenido nuestra ciudad y cuyo lente plasmó la vida y los paisajes de una parte importante de nuestra zona en fotografías inmortales y de un inmenso valor histórico, pues muestran nuestra identidad y patrimonio. Don Kurt nos ha dejado, pero seguirá viviendo cada vez que su trabajo sea contemplado y admirado por nosotros y las futuras generaciones”, destacó.
Marcelo Utreras, Director Ejecutivo de la Corporación Cultural, se sumó a los sentimientos de pesar, diciendo “hemos perdido a gran vecino, quien en esfuerzos épicos recorrió a lomo de caballo zonas inaccesibles para registrar pueblos aislados o la geografía que luego permitieron levantar obras públicas para el desarrollo de Chile”, agregó.
BIOGRAFÍA
Nacido en nuestra ciudad el 1 de julio de 1930, Grassau estudió en la Escuela Alemana y luego en el Liceo de Hombres. En 1945 comienza la práctica autodidacta de la fotografía, apoyado por textos especializados del ramo.
En 1950 comienza a ejercer en forma profesional, atendiendo su negocio fotográfico en el centro de Puerto Montt, haciendo trabajos de revelados en blanco y negro para aficionados y abastecimiento de fotos postales de la región. Contaba para eso con el apoyo técnico e informativo de las casas comerciales Forestier y Weinveich Ltda (Valparaíso) y de AGFA Gevaert Chilena (Santiago).
En 1954 instala un locla comercial en la galería Doggenweiler y, posteriormente, compra el kiosco Turismontt, ubicado en la entrada del paseo Muelle de Pasajeros, que tras el terremoto de 1960 quedó inutilizado.
Entre los años 1957 y 1959 se desempeñó como articulista y reportero gráfico de la revista Zigzag. Publicó artículos sobre la construcción y ampliación del terminal portuario de nuestra ciudad y también en la construcción de la ruta Ensenada – Ralún, que hoy conocida como la Ruta Internacional 225.
Las imágenes, de extraordinario valor paisajístico e histórico, fueron configurando posteriores colaboraciones con entidades estatales, que le permitieron construir un panorama completo de la región y de Aysén entre las décadas de 1950 y 1980.
En 1964 realiza la primera exposición en el Salón Municipal de Puerto Montt.
El 7 de julio de 2005 recibe el homenaje del Centro de Estudios del Patrimonio Histórico de la Provincia de Llanquihue, por su dilatada e importante trayectoria como paisajista y fotógrafo de Puerto Montt.
Desde el 1 de diciembre de 2005 al 8 de enero de 2006 expone en la Sala Hardy Wistuba de la Casa del Arte Diego Rivera una colección de fotos en blanco y negro de paisajes de Puerto Montt y la región, que reflejan la historia entre 1950 y 1980.
Estas imágenes serían la base para edición del libro “Kurt Grassau: Testimonio Fotográfico Humano y Natural (Llanquihue y Palena 1950-1980)”, con el apoyo de la Municipalidad de Puerto Montt, Corporación Cultural y Consejo de la Cultura y las Artes Región de Los Lagos, en 2009.
Posteriormente a eso dedica su tiempo a su familia, a sus labores hogareñas y a su pasión por el acordeón, instrumento que interpretaba en la Iglesia Luterana y en un grupo de músicos de la Municipalidad de Puerto Montt.