Aguas negras y una tragedia reflejada en peces, aves y naturaleza muerta en 1997 fue uno de los episodios que debieron sufrir las personas de un pequeño pueblo del Desierto de Atacama y que recoge el documental “Las Cruces de Quillagua” para contar la historia de un desastre ecológico que prácticamente mató la vida en él y que se exhibe a las 19 horas del jueves 10 de julio en la Sala Mafalda Mora de la Casa del Arte Diego Rivera.
El pueblo de Quillagua –ubicado en la desembocadura del Río Loa en el límite entre las regiones de Tarapacá y Antofagasta- fue conocido en el siglo XIX como lugar de paso obligado para caravanas y pasajeros que recorrían las soledades desérticas durante el auge de la explotación salitrera. Sus verdes cultivos, ganadería y productos frescos del mar abastecían a un conjunto de empresas y personas.
CONTAMINACIÓN
Sin embargo, la visión romántica e idílica se terminó con la explotación del agua para faenas mineras que significó la migración de sus habitantes, la declinación económica de la agricultura y ganadería.
Peor aún, conocidos casos de contaminación desde tranques de relave desde faenas mineras significaron graves episodios de contaminación que provocaron revuelo nacional e internacional.
SINOPSIS
El pueblo de Quillagua es considerado el punto más seco dentro del desierto mas árido del mundo, el desierto de Atacama. Ubicado a orillas del río Loa era considerado un oasis, gracias a las aguas del río se sustentaba de la agricultura y ganadería hasta que en los años ochenta las grandes mineras contaminaron el río Loa, su única fuente de agua para riegos, y compraron los derechos del agua. Desde entonces el pueblo vive en continua decadencia y cuenta con una población mayoritariamente de tercera edad. A través del documental vemos la situación actual del pueblo y escuchamos la historia de sus habitantes.