El origen del otoño, de los delfines del sur conocidos como toninas y del día y la noche son explicadas desde la visión del mundo que tenían el pueblo selk’nam en la obra “Leyendas” que la Compañía Pezpájaro presentará en dos funciones gratuitas este domingo a las 12 y 16 horas en el Teatro Diego Rivera, en el marco de la gira Teatro UC Soprole.
Para acceder a las funciones, los interesados deben concurrir a las oficinas de la Corporación Cultural de Puerto Montt, 2º piso, y retirar los ticket con el encargado Marco Quiroga.
Inspirado en el libro “Kamshout y el otoño”, el montaje cuenta la historia de Lola, una niña que se va de camping. Por una cosa mágica relacionada con la posición de los astros, se abre un portal que trae a la actualidad a Kamshout, un niño perteneciente al pueblo Selk’nam, hoy extinto.
Ambos están perdidos en este bosque y colaborando logran cada uno encontrar su camino. Pero a través de la aventura, Kamshout le enseña cosas a Lola sobre su cosmogonía, sobre la creación del mundo selk’nam, sobre la llegada del otoño, y a su vez ella también le enseña cosas a él.
De este modo, se relatan tres leyendas de este pueblo originario: La de Kamshout y el otoño, la del sol y la luna y la de los delfines selk’nam. Para contarlas, la compañía utiliza múltiples recursos. Además de música inspirada en los pocos registros que se conservan de la música selk’nam, compuesta especialmente para la obra, utilizan una marioneta para el personaje de Kamshout y un soporte audiovisual como telón de fondo, que recrea distintos espacios.
La compañía Pezpájaro se dedica a hacer teatro educacional, infantil y familiar y estre sus objetivos está la formación de audiencias. “Hicimos una apuesta cuidando un buen texto, unas buenas actuaciones, una buena puesta en escena, una buena producción porque queremos que los espectáculos que entregamos a los niños sean un gancho para que sean espectadores más adelante en el teatro”, explica Román.
LAS LEYENDAS
La del otoño habla de un niño que encontró el otoño, porque donde vivían los selk’nam había un microclima que mantenía la vegetación siempre verde. El pueblo no conocía el otoño, entonces el niño se alejó y descubrió que los árboles dormían y se caían las hojas. Fue a contárselo a la comunidad, pero no le creyeron. Tenía tantas ganar de que le creyeran que empezó a repetirlo, a repetirlo, hasta que se transformó en un loro cachaña, que es el que habita ese sector de la zona austral. Cada vez que al fin del verano aparecen esos loros, es cuando llega el otoño.
La historia del sol y la luna habla de por qué el día y la noche se persiguen. Tiene que ver con los ancestros selk’nam y un secreto que guardaban las mujeres. Los hombres las descubrieron, se enojaron y las persiguieron por Tierra del Fuego. Cuando ya no hubo donde escapar, la única mujer sobreviviente subió a las estrellas y se convirtió en la luna. Y el hombre la siguió, pero estaba tan enojado que se transformó en una bola de fuego, en el sol. Desde ese día comienza la historia del día y la noche.
Los delfines o toninas. Un niño selk’nam se internó en el mar. No sabía nadar y se estaba ahogando y todo su pueblo se lanzó al mar sin miedo a ayudarlo. Pero justo vino una tormenta y todos se empezaron a ahogar. Pero el gran creador, para premiar la valentía y la gran hermandad que tenía este pueblo, los convirtió en toninas. Y la leyenda dice que las toninas van por los canales del sur, ellas son los ancestros de los selk’nam.