La posibilidad de hacer que los más desposeídos fueran partícipes de su propia formación, desarrollo y proyecciones de progreso fue la matriz que inspiró la medida número 40 del programa de Salvador Allende y que ahora llega de la mano del documental “El tren popular de la Cultura” en una función especial en nuestra ciudad programada a las 19 horas de este martes en la sala Mafalda Mora de la Casa del Arte Diego Rivera.
La cinta –de 60 minutos- llega gracias al apoyo de la Corporación Cultural de Puerto Montt en colaboración con los productores del film y de la directora Carolina Espinoza, tras ser estrenada en Barcelona (España) y luego en Antofagasta.
El Tren Popular de la Cultura es una película documental que cuenta la historia de una iniciativa del gobierno del Presidente chileno Salvador Allende, que tenía como objetivo acercar la cultura a personas que no tenían acceso a ella, como parte de la medida número 40 de su programa de gobierno.
TREN DE AGITACIÓN
La historia del tren, busca establecer vínculos con algunos aspectos de las iniciativas educativas y culturales de la Segunda República en España tales como las Misiones Pedagógicas, el Teatro del Pueblo, el Teatro de La Barraca o con otras experiencias anteriores como los Trenes de Agitación de la Revolución Rusa.
En Chile, en febrero de 1971, 60 artistas recorrieron en tren más de mil kilómetros al sur de la capital, llevando diferentes disciplinas artísticas a los pueblos que no tenían acceso a formas de representación cultural.
Fue así como una caravana de poetas, folcloristas, cantantes, comediantes, actores y hasta mimos, realizó una representación artística días tras día, ante los ojos expectantes de los campesinos de Linares o Chillán, los mineros del carbón en Lota, los indígenas mapuches en la Araucanía, o los trabajadores pesqueros de Puerto Montt.
Repetido este mismo concepto en España, Chile y Uruguay, el documental también tiene como objetivo mostrar diferentes iniciativas de intervención cultural y acercamiento rural-urbano que tuvieron lugar en España y América Latina, impulsadas por gobiernos que fueron derrotados posteriormente, relegando al olvido las experiencias que tuvieron a la gente humilde como protagonista.