Documental “El sonido de la patria” (2012) se exhibe en los Martes de Cine Alemán

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¿Por qué a los alemanes les da urticaria cuando escuchan música tradicional y les cuesta cantar sus canciones tradicionales?, es la pregunta que trata de responder la película “El sonido de la patria” (2012) que anima este martes la nueva función de los Martes de Cine Alemán, a las 19 horas en la Casa del Arte Diego Rivera. Entrada liberada.

Con el apoyo de la Corporación Cultural, la película se enmarca en el ciclo anual de entrega de producciones germanas gracias al convenio entre el Instituto Goethe y la CCPM.

Con “Sound of Heimat” los directores Arne Birkenstock y Jan Tengeler han conseguido hacer una película documental entretenida y conmovedora que despierta el interés por la música tradicional alemana, tanto si uno ha relegado al olvido las canciones populares tradicionales como si no las conoce en absoluto.

RESEÑA

Respecto de la cinta, se trata de un documental que pone en escena al jazzista neozelandés Hayden Chisholm quien viaja a través de Alemania en busca de su música tradicional. Su periplo comienza en Colonia y transita por Renania, Baviera, para adentrarse luego en el Este de la república.
Hayden, el protagonista de “Sound of Heimat”, sale al encuentro de la música popular alemana llevado de una simpática curiosidad. Su entusiasmo por las antiguas melodías, que en su opinión armonizan maravillosamente bien con el idioma alemán, resulta contagioso.

Hay una escena donde la película prácticamente ofrece una respuesta a la pregunta de por qué a tantos alemanes les desagrada su música tradicional: en las ruinas del campo de concentración de Buchenwald un superviviente del Holocausto cuenta cómo en aquel entonces los prisioneros tenían que formar para el recuento y cantar canciones tradicionales alemanas. En ese momento queda claro que en Alemania la música popular es también un patrimonio cultural con una fuerte carga negativa.

Por consiguiente “Sound of Heimat” hace un llamamiento a liberar las antiguas canciones de los intentos de instrumentalización por parte de ese tipo de ideologías y a reinterpretarlas de nuevo. Incluso aunque la música tradicional alemana tenga casi siempre aura melancólica, como bien observa Hayden al final de la película.