Las vicisitudes que debieron sufrir miles de personas en varias naciones sudamericanas, perseguidas por las fuerzas militares de los regímenes dictatoriales se explican con el documental “De vida y de muerte, testimonios de la Operación Cóndor” que se exhibe a las 19 horas en la sala Mafalda Mora de la Casa del Arte Diego Rivera, con un valor de $1.000 pesos.
Con el apoyo de la Corporación Cultural, la muestra se enmarca en el programa MiraDoc, que considera el estreno de un documental de excelencia al mes en el norte, centro y sur de Chile.
La cinta, del director Pedro Chaskel, se exhibirá junto al cortometraje de su autoría (ya estas fechas convertido en clásico) “Venceremos”.
El documental refiere el episodio dramático de la historia de Chile y de América Latina cuando funcionó la Operación Cóndor, nombre que recibió la acción concertada de las dictaduras latinoamericanas de los años ’70 y ’80 para perseguir y reprimir a sus opositores.
Un plan continental, cuyos detalles se han ido conociendo muy fragmentadamente, y donde la mayor parte de sus responsables permanece libre y sin juicio alguno.
Ese es el punto de partida de Pedro Chaskel, el experimentado cineasta chileno -director, montajista, productor y docente-, que desde el año 2000 está produciendo este documental, quien junto a un equipo de trabajo rastreó las huellas del macabro plan político.
ARCHIVOS
La base de la investigación fueron los llamados “Archivos del horror”, los documentos que se publicaron en Paraguay en 1992, y que muestran las comunicaciones entre los servicios represivos de las dictaduras de Argentina, Brasil, Chile y Uruguay durante los ’70 y ’80.
“El rodaje incluyó un viaje de investigación y luego grabaciones en Asunción, Buenos Aires, Montevideo y Santiago. Con un equipo muy reducido de solo tres personas, registramos testimonios y experiencias muy valiosas de sobrevivientes, periodistas, investigadores y estudiosos”, cuenta Pedro Chaskel.
La mirada de las víctimas es la otra cara del documental. Dice Chaskel: “El registro tiene de la alta calidad humana de los personajes presentes o que se mencionan en el documental, y -al mismo tiempo- es una explicación muy clara, casi didáctica, de en qué consistió la Operación Cóndor y de cómo afectó los DDHH de sus víctimas”.