Lunes, 05 Febrero/ 19:00 horas / Sala Mafalda Mora /Entrada Liberada
Patricio Guzmán describe el tercer volumen de La batalla de Chile, “El poder popular”, como un homenaje nostálgico a la sabiduría de la clase obrera que, como nunca antes en Chile, se convirtió en protagonista de la historia.
Este es precisamente el núcleo sobre el cual el documental chileno de la post-dictadura habrá de abordar al sujeto social popular.
Dentro de esta genealogía, la académica identifica al menos cuatro etapas o modalidades: primero, el documental de “memoria forense”, el cual se enfoca en los testigos sobrevivientes, o los restos de las víctimas desaparecidas. Algunos de ellos son Fernando ha vuelto (Silvio Caiozzi, 1998); El juez y el general (Elizabeth Farnsworth, Patricio Lanfranco Leverton, 2008), y los documentales de Patricio Guzmán Chile, la memoria obstinada (1997) y El caso Pinochet (2001), entre otros.
Por otro lado, se encuentra el documental centrado en sujetos que durante la dictadura actuaron como perpetradores. Esta fase fue inaugurada en 1994 por La flaca Alejandra (Carmen Castillo), seguido de I love Pinochet (Marcela Said, 2001), El diario de Agustín (Ignacio Agüero, 2008), El mocito (Marcela Said y Jean de Certeau, 2011) y más recientemente El pacto de Adriana (Lisette Orozco, 2017). De manera similar, Chicago Boys (Carola Fuentes y Rafael Valdeavellano, 2015) se enfoca en la primera generación de economistas neoliberales, quienes contribuyeron a las políticas de terror de la dictadura al legitimar al régimen mediante el discurso de “el milagro económico”.
La voz autobiográfica que Patricio Guzmán ensaya en sus últimos filmes es reafirmada en el documental de la generación de los hijos de las víctimas, quienes se detienen en la vaga fisura entre los ideales colectivos de sus padres y los altos costes familiares. Algunos ejemplos son Reinalda del Carmen, mi madre y yo (Lorena Giachino, 2006), Mi vida junto a Carlos (Germán Berger-Hertz, 2009) y El edificio de los chilenos (Macarena Aguiló, 2010).
Por último, en El otro día (2012), Ignacio Agüero vuelve a la temática social que había quedado suspendida bajo el autoritarismo. Sin embargo, en este caso, el encuentro con lo social no ocurre en el espacio público, sino en el espacio privado de la vida familiar desde donde retrata las nuevas formas de precariedad creadas por el neoliberalismo. Se desvela así la soterrada destrucción que la dictadura y el modelo neoliberal han hecho del sujeto social popular.
EXPOSITORA
La Dra. Walescka Pino-Ojeda se doctoró en Teoría Critica y Literatura Latinoamericana en la Universidad de Washington, Seattle. Desde el 2007 ha sido la directora del New Zealand Centre for Latin American Studies de la Universidad de Auckland, en Nueva Zelandia. Ha publicado los libros Sobre Castas y Puentes: Conversaciones con Elena Poniatowska, Rosario Ferre y Eltit (2000) y Noche y Niebla: Neoliberalismo, Memoria y Trauma en el Chile post-authoritario Chile (2011), como a su vez múltiples artículos sobre literatura, cine y música latinoamericana en revistas académicas.