Temporales Teatrales se inician con “Redoble fúnebre para lobos y corderos”, de Juan Radrigán, obra emblemática de los 80

Una trilogía que nació en los años 80 y que hace transitar a los personajes entre un delgado filo de vida y muerte es la obra “Redoble Fúnebre para Lobos y Corderos”, escrita en la década de los 80 por Juan Radrigán, que dará inicio a los XXIII Temporales Internacionales de Teatro de Puerto Montt en una función única programada para las 20 horas del viernes 6 de julio en el Diego Rivera.

“Redoble Fúnebre para Lobos y Corderos” es una coproducción del Teatro de la Universidad Católica y de la Compañía de Teatro Antártica y corresponden a la primera etapa productiva del dramaturgo Radrigán (en los tiempos del Teatro Popular El Telón) en la que da voz a los miserables y a los pobres y profundiza en la inexistencia de oportunidades y del dolor de la soledad extrema, presentando universos muy cerrados y particulares.

Piezas teatral clave de la década de los 80, en nuestra ciudad se presentarán las partes “El Invitado” e “Isabel Desterrada en Isabel”.
La dirección del montaje está a cargo de Rodrigo Bazaes, conocido por su trabajo como director de arte de la serie “Los 80” y co-guionista de “Violeta se fue a los cielos”, entre otros. El elenco está compuesto por Solange Lackington, Manuela Oyarzún y Mario Soto.

Los Temporales Teatrales se extenderán hasta el 27 de julio en jornadas dobles, con funciones los fines de semana para niños, y considera presentaciones en Puerto Montt y Alerce, además de la itinerancia de algunas de las obras por las comunas de Ancud, Calbuco, Castro, Hualaihué, La Unión, Puqueldón y San José de la Mariquina.

RESEÑA EL INVITADO

 
“El invitado” cuenta con la actuación de Mario Soto y Manuela Oyarzún quienes dan vida a Sara y Pedro, un matrimonio humilde. Él está cesante desde hace mucho tiempo, aunque en ella no hay reproche por la situación y se niega a recordar otros tiempos mejores. La presencia invisible de un personaje, nombrado como el Invitado, gravita en sus vidas como el responsable de la miseria.

El Invitado duerme junto a ellos, los escucha constantemente y vigila cada paso que dan. La existencia de la pareja está determinada por este tercer personaje. Tomada en su contexto histórico, la crítica planteada en esta obra breve alude directamente al régimen militar y a la constante humillación y menoscabo en las vidas de las personas más humildes, aunque actualmente la lectura puede ser más amplia. Al final, Sara y Pedro le hablan al público en un desesperado intento por saber si ellos han logrado acostumbrarse a la presencia del Invitado.

RESEÑA ISABEL DESTERRADA EN ISABEL

“Isabel desterrada en Isabel”, con Solange Lackington, quien personifica a Isabel, una mujer relativamente mayor, camina sola por la calle mientras le habla a un tarro metálico de basura. En el monólogo, ella revela partes de su vida, como la relación con su padre. El hambre es lo que gravita en cada palabras, un hambre que viene desde la infancia y que alude no sólo a la falta de comida, sino también a la falta de igualdad entre las personas. Isabel ama a Aliro, un hombre que, al igual que ella, ha sabido quererla desde la desesperanza y la soledad.

Pero Aliro ahora está desaparecido, preso, muerto, no se sabe. Ella lo busca, lo llama, mientras cuenta su soledad, su angustia, su tristeza actual.