(DE MIRADOC).- Junto con MIRADOC, el documental chileno ha ganado un espacio importante en el circuito cinematográfico nacional. El 2015, seis ciudades y ocho salas se sumarán a esta red y MIRADOC llegará con sus estrenos comerciales a 14 regiones del país.
Único en Chile, el programa busca instalar nuevos lugares para la exhibición de documentales y reforzar espacios regionales que han acogido su proyección con buenos resultados, como también ofrecer una continuidad que permita cultivar audiencias para el género.
Organizado por ChileDoc, el programa Miradoc se realiza por tercer año consecutivo y cuenta con apoyo del Fondo de Fomento Audiovisual del Consejo Nacional de la Cultural y las Artes.
“Queremos promover el consumo de documentales locales en todo Chile”, señala Flor Rubina, codirectora de MIRADOC, “para ello nos esforzamos por programar películas reconocidas por su calidad, sus temáticas y su atractivo para la ciudadanía, de manera que el público no sólo las disfrute sino que también se emocione, se informe y conozca distintas miradas”, recalca. “Otro desafío es que los estrenos estén disponibles en todo el país al mismo tiempo, durante un mes con múltiples fechas, y que los directores viajen a regiones presentándolas y vinculándose con los espectadores”, apunta Rubina.
MEMORIA Y ACTUALIDAD
Sobre los estrenos 2015, la directora del programa sintetiza: “son películas contingentes que reflexionan sobre nuestro país y presentan nuevos enfoques en torno a temas que se tocan muy superficialmente en la televisión.”
El primer estreno llegará a Puerto Montt el 14 de abril con Escapes de gas, documental de Bruno Salas que indaga en la construcción del UNCTAD III (hoy conocido como GAM), alzado durante el gobierno de Salvador Allende con la colaboración de 34 artistas que aportaron sus obras para complementar el edificio. La mirada de Salas se centra principalmente en la imponente chimenea del casino, creada por el escultor Félix Maruenda.
En mayo será el turno de Habeas corpus, codirigida por Claudia Barril y Sebastián Moreno, centrada en un grupo de funcionarios de la Vicaría de la Solidaridad que, tras el golpe militar, iniciaron un arriesgado camino de proteger a los perseguidos y buscar el destino de los detenidos. “Destaca el rol de abogados, asistentes sociales y voluntarios que desde ese lugar montaron un verdadero sistema de contrainteligencia, que permitió salvar muchas vidas”, subraya Rubina.
Junio será la ocasión para disfrutar de una película que ha cosechado aplausos y reconocimientos en múltiples festivales: La once, de Maite Alberdi, que cuenta la historia de cinco mujeres que durante los últimos sesenta años se juntan –sin falta- a tomar el té. “Alberdi es una de las cineastas chilenas más reveladoras del último tiempo,” elogia Flor Rubina, “su retrato de este círculo íntimo de señoras de la alta sociedad que van envejeciendo juntas, traspasa lo anecdótico para representar problemáticas mucho más hondas, con una mezcla de humor y nostalgia”.
Para el segundo semestre, los filmes programados como estrenos son Crónica de un comité de Carolina Adriazola y José Luis Sepúlveda, la dupla que se instalan al interior de un comité de lucha por la justicia frente al caso de un joven alcanzado por la bala de un carabinero que le causó la muerte. El film ganó como mejor película en los festivales de documentales de Santiago (FIDOCS) y Antofagasta (AntofaDocs), entre otros galardones.
La directora y productora Paola Castillo regresa a salas con Genoveva, donde orquesta una historia que une los recuerdos familiares con la discriminación hacia los pueblos originarios. La fotografía de una bisabuela mapuche es el punto de partida de este ensayo documental, que se estrenará en agosto, y donde la destacada cantante Ana Tijoux participa de puestas en escena que develan los prejuicios hacia el mundo indígena.
Allende mi abuelo Allende, la intimista cinta realizada por la nieta del ex presidente, Marcia Tambutti, llegará en septiembre. El desafío de su directora: descubrir al hombre detrás de la leyenda mediante diálogos familiares y archivos hasta ahora inéditos. El film se dará a conocer tras un proceso de siete de años de realización. Recientemente, una primera versión fue exhibida en calidad de work in progress en el Festival Internacional de Cine de Guadalajara.
En octubre, Bettina Perut e Iván Osnovikoff se harán presentes con Surire, película que desde la observación retrata un espacio único en el que conviven la belleza natural, el absurdo humano y el ocaso cultural: el Salar de Surire, habitado por los últimos descendientes de la cultura aymara en la zona. Allí, a 4.300 metros de altura, se mezclan ancianos pastores de llamas, migrantes ocasionales en tránsito por la estepa altiplánica, flamencos, vicuñas y la maquinaria pesada de faenas mineras.
Y para cerrar el año, en noviembre será el estreno de Chicago boys, codirigida por Carola Fuentes y Rafael Valdeavellano, que trata la historia de la primera generación de economistas chilenos que, tras su paso por la Universidad de Chicago, al alero de Milton Friedman y el gobierno militar, aplicaron profundas reformas neoliberales que cambiaron la fisionomía no sólo financiera sino también sociocultural de nuestro país. “Contada por sus protagonistas, esta historia cobra especial relevancia a la luz de acontecimientos como el caso Penta”, analiza Flor Rubina.
SALA MAFALDA MORA
En Puerto Montt, estos estrenos se realizarán en la Sala Mafalda Mora del teatro Diego Rivera, dando continuidad a las exitosas proyecciones realizadas el año pasado y que contó con un público de 40 personas en promedio en cada una de las 16 funciones que se proyectaron en el recinto cultural.
Este año, Miradoc y la Corporación Cultural de Puerto Montt renovaron su convenio de cooperación para seguir proyectando los documentales, comenzando el martes 14 de abril a las 19 hrs. con el estreno de Escapes de gas.
“Partimos el 2013 con 11 salas en ocho ciudades, luego de dos años hemos crecido a 22 salas en 17 ciudades de Chile, incorporando espacios en prácticamente todas las regiones”, apunta la codirectora de MiraDoc.
“Creemos que es importante abrir posibilidades para la exhibición de películas, aprovechar espacios no tradicionales y preparar las condiciones para que el público disfrute estas películas como parte de una experiencia colectiva, porque vemos al cine como un espacio de participación que nos permite crecer como sociedad. Es una oportunidad única para compartir con los directores de las películas, hablar temas contingentes, sentir y resignificar el cómo somos y cómo nos vemos”, finaliza.
MIL PESOS
Es el valor de la entrada para cada función de cine, recursos dirigidos a continuar en la labor de la promoción del cine documental chileno y también a quienes dirigen y producen estos filmes de alta calidad.
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