Película “La Batalla de Moscú” inicia este sábado Ciclo de Cine Bélico Ruso en el Diego Rivera

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El coraje para enfrentar a las hordas nazis y detenerlas para salvar la capital de la Unión Soviética será el primer punto de inflexión en la II Guerra Mundial para derrotar a Hitler y que trae la superproducción “La Batalla de Moscú” (URSS, 1985) que se exhibe gratuitamente este sábado a las 19 horas en la Sala Mafalda Mora de la Casa del Arte Diego Rivera, iniciando así el Ciclo de Cine Bélico Ruso “Camino a la Victoria”.

La muestra se presenta gracias al trabajo conjunto de la Corporación Cultural de Puerto Montt y el Centro de Ciencia y Cultura de Rusia que sirve para conmemorar el 70º Aniversario de la Victoria de los aliados ante la Alemania Nazi, ocurrida el 9 de mayo de 1945, y que trae a nuestra ciudad películas una gala de folclor del país europeo.

La cinta, producida por Deutsche Film (DEFA), Filmové Studio Barrandov y Mosfilm es dirigida por Yuri Ozero y tiene un reparto en los roles principales con Yakov Tripolsky, Mikhail Ulyanov, Aleksandr Goloborodko y Bruno Frejndlikh, entre otros.

El ciclo se complementa con las películas “Perros espaciales” (infantil), “Ven y Mira” y “Nieve Ardiente” que se exhibirán sucesivamente los días 10, 11 y 12 de mayo.

RESEÑA PELÍCULA

Basada en los hechos reales ocurridos entre octubre y diciembre de 1941, la película es una acabada muestra de la crisis que debieron sortear tanto los dirigentes, generales y soldados de la URSS, ante el avance incontenible de las formaciones acorazadas alemanas que tenían por objetivo tomar Moscú y dar por finalizada la campaña del Frente Oriental.

Con notoria desventaja tanto de hombres como de material, la dirigencia soviética fue capaz de superar los errores cometidos, dejando en manos del Mariscal Zhukov la responsabilidad de evitar que Hitler cumpliera sus objetivos.

El mérito de la cinta es recoger los aspectos de detalle de los personajes históricos –incluyendo indecisiones, falta de ánimo o errores de apreciación- que aportan junto a la superproducción que sumó cientos de blindados (algunos reales) y miles de extras, un logro propio de cine “mayor”, convirtiendo la película en referente bélico.

Sin héroes invencibles, sino mostrando personas de uniforme enfrentadas al destino, la película enaltece el espíritu guerrero del pueblo ruso, un perfecto ejemplo de una cultura que nunca ha sido derrotada en su tierra, y que con un derroche espantoso de vidas –con episodios de verdaderos suicidios colectivos- enfrentó la miseria y la muerte sembradas por los criminales nazis de manera noble, generosa y altiva.