Con el compromiso musical y político de sus melodías y letras, el Grupo Quilapayún será el encargado de cerrar la Noche Latinoamericana y recorrer la historia y la fuerza del pueblo chileno junto a los destacados artistas Cecilia Echeñique y Nano Stern, más el humor de Chino Navarrete, en un evento programado desde las 21 horas del 5 de febrero en el Arena Puerto Montt.
La cita, cuyas entradas se encuentran a la venta en Ticketek.cl y en Falabella a $2 mil 300 pesos, reúne lo mejor de los ritmo populares latinoamericanos y se espera una respuesta masiva de la gente.
El festival tendrá nuevamente como animador a la figura de radio y televisión Leo Caprile y antes del desarrollo del show -como en las versiones anteriores- se efectuará una Gala –martes 2 de febrero- con público y artistas invitados.
El festival es organizado por la Municipalidad de Puerto Montt y es producido por la Corporación Cultural con la colaboración del Gobierno de Chile, Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, Instituto de Seguridad del Trabajo (IST), BancoEstado, Carabineros de Chile, Bomberos y PDI.
INVITACIÓN
El festival Sentados Frente al Mar ha convocado a casi 75 mil personas en sus tres versiones anteriores y destaca ante todo por su seguridad, que le otorga un perfil claramente familiar. El espectáculo es conocido por productores y artistas y lo ubica en el circuito de eventos masivos que se desarrollan en el período estival del país y con una marcada vocación social.
Para desarrollar el certamen, el monto de inversión de este año es cercano a los $300 millones de pesos y se espera que asistan al menos 23 mil personas.
QUILAPAYÚN
Solemnes en su sonido y presencia, fruto de la rigurosa dirección artística de Víctor Jara en sus primeros años, las canciones de Quilapayún van desde los contenidos latinoamericanistas, antimperialistas y, a veces, abiertamente contingentes, a profundas reflexiones de la existencia humana.
Este 2015 cumplirán 50 años de carrera artística, convertidos en referente obligado de la historia musical de nuestro país y tal vez el grupo que más profundamente llevó la bandera de la Nueva Canción Chilena.
Con ritmos e instrumentos andinos como base, su sonido se distingue sobre todo por su poderoso trabajo vocal. No hay una voz solista en el conjunto: Todos cobran protagonismo en distintos momentos, en un espíritu colectivo que es otro de los sellos del grupo.