Definida como la película de la década por representar con su violencia desatada y brutalidad a una sociedad en camino hacia ninguna parte llega “La Naranja Mecánica” (1971), película de culto que se exhibirá gratuitamente este miércoles y viernes a las 20 horas en la sala Maflda Mora de la Casa del Arte Diego Rivera.
Con el apoyo de la Corporación Cultural, la película de 137 minutos fue dirigida por Stanley Kubrick y en su elenco destacan Malcolm McDowell, Patrick Magee, Michael Bates, Adrienne Corri, Warren Clarke, John Clive, Aubrey Morris, Carl Duering, Paul Farrell, Clive Francis, Michael Gover, Miriam Karlin, James Marcus, Geoffrey Quigley, Sheila Raynor, Madge Ryan, Philip Stone y David Prowse.
“A Clockwork Orange” (traducido como “La naranja mecánica”) es una novela del escritor británico Anthony Burgess, publicada en 1962 y adaptada por Stanley Kubrick en la película homónima aparecida en 1971. Se la considera parte de la tradición de las novelas distópicas británicas, sucesora de obras como 1984, de George Orwell, y Un mundo feliz, de Aldous Huxley.
RESEÑA PELÍCULA
Gran Bretaña, en un futuro indeterminado. Alex (Malcolm McDowell) es un joven muy agresivo que tiene dos pasiones: la violencia desaforada y Beethoven. Es el jefe de la banda de los drugos, que dan rienda suelta a sus instintos más salvajes apaleando, violando y aterrorizando a la población.
Cuando esa escalada de terror llega hasta el asesinato, Alex es detenido y, en prisión, se someterá voluntariamente a una innovadora experiencia de reeducación que pretende anular drásticamente cualquier atisbo de conducta antisocial.
Su adaptación a la sociedad bajo estas circunstancias y condición lo dejarán indefenso ante una sociedad que sigue siendo brutal, falta de piedad y abusiva contra os débiles, es una perfecta antítesis de lo que antes el protagonista representaba.
La situación permitirá formularse la pregunta sobre si la sociedad considerada civilizada no es más que una forma de cinismo más elaborada y que los supuestos avances tecnológicos no son más que otro camino de crueldad.