Astillero Teatro trae desde Viña del Mar la obra “Ética” a los Temporales Teatrales de Puerto Montt este sábado 22 de julio, a partir de las 19 horas en el Teatro Diego Rivera.
La compañía viñamarina Astillero Teatro regresa a los Temporales Internacionales de Teatro de Puerto Montt, este sábado 22 de julio con la obra “Ética” un trabajo dirigido por Gabriel Contreras que lleva a escena una especulación sobre lo que posiblemente sucedió en la última clase del programa de ética que tuvieron que cursar los sentenciados por financiamiento ilegal de la política. El montaje se presentará a partir de las 19 horas en el Teatro Diego Rivera y las entradas se encuentran disponibles en la boletería del centro comercial.
“Ética” forma parte de la ““Trilogía Especulativa” de Astillero Teatro, la que inició en 2018 con la obra “Hipodérmica: La otra historia” y continuado con “Simulación” en 2022, que también se presentó en los Temporales Teatrales del año pasado.
Dirigida por Gabriel Contreras Hernández y escrita por Nicolás Cancino-Said, la obra toma la contingencia como punto de partida para reflexionar en torno a la irrisoria desigualdad de la justicia y la crisis ética que aún no ha sido atendida en nuestro país. Según Gabriel Contreras “la obra es un fracaso, el registro especulativo del fracaso de la justicia en nuestro país, en donde el ‘dar a cada uno lo suyo’ se configura como una promesa incumplida al constatar que mientras algunos mueren calcinados en la cárcel de San Miguel por piratería, otros cumplen una sentencia irrisoria con clases de ética, como dice el texto allá en lo alto de la loma, donde se mira para abajo”.
En este contexto “Ética” es ambientada en la mañana del viernes 13 de diciembre de 2019, en medio de movilizaciones sociales, donde un grupo sentenciado por financiamiento ilegal de la política y condenado a clases de ética, deberán demostrar que han asimilado los contenidos del curso y que han modificado sus principios éticos, no mediante una prueba sino que a partir de sus acciones, las que son observadas por la profesora encargada de impartir las clases en el último módulo del programa de estudios.
Como ya es propio del trabajo de Astillero Teatro, se recurre a la contingencia para luego desarrollar el trabajo creativo. En este sentido el dramaturgo y actor de la obra, Nicolás Cancino-Said, comenta que “el proceso de escritura obedeció a la misma metodología utilizada en los procesos creativos anteriores. El equipo de trabajo formula una premisa que aúna las opiniones del colectivo, configurándose como la idea central y movilizadora del ejercicio escritural. La obra es una ficción, una especulación... La ficción es apropósito del hermetismo del proceso, así como lo absurdo de la sentencia. Entonces, surge la pregunta ¿cómo se desarrollaron las clases que, desde un principio, se sabía no tenía ningún sentido? El hecho es que los sentenciados aprobaron y cumplieron su condena pero ¿cómo se aprueba algo que se sabe es imposible aprender en ese periodo de tiempo?”
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