Héctor León San Martín inaugura “El gabinete del perro blanco”

Desde el 28 de junio hasta el 28 de julio. El Licenciado en Artes con mención en Artes Plásticas de la Universidad de Chile, expondrá  durante un mes en la Sala Pinacoteca su colección de 15 pinturas. 

Héctor lleva una amplia trayectoria exponiendo. Ha participado de 17  exposiciones colectivas y personales (entre el 2002 y el 2017), donde ha mostrado su trabajo de pintura y dibujo. En esta oportunidad, Héctor presenta  un conjunto de 15 pinturas en distintos formatos,  presentable en forma de políptico o de serie lineal, cuya técnica es óleo sobre tela; de esto se trata “El gabinete del perro blanco”, colección que fue  realizada entre el 2012 y 2016.

Los diversos formatos y las composiciones de las pinturas permiten múltiples formas de diagramación; ya sea en políptico o disgregada en sala. Esto la vuelve una obra de gran ductilidad expositiva, posibilidades de adaptación a distintos espacios y juegos entre sus piezas.

Las dimensiones generales de la obra son variables debido a lo anterior; pero el área ocupada por las telas, sin contar espacio intermedio, es de 47,5 m2 aproximadamente.  El montaje de la obra es de tipo no tradicional, debido a que las telas se presentan libres de bastidor y se montan clavadas directamente a muro.

El autor describe su obra

Para el autor, “la temática de esta obra deviene completamente de un relato intimista y una visión personal del mundo y del contexto del autor. A lo largo de la historia, hacer pintura ha tenido múltiples y variadas motivaciones, muchos y notables expositores de la disciplina han realizado insuperables obras. Para el autor, desde el inicio de este proceso, el ejercicio ha tenido el personal sentido de mostrar algo que cree encontrar en “otro lado”. Para ello ha debido deformar su propia realidad y desde ahí iniciar el relato sin palabras que mana del gabinete.

La pintura es el único medio que el autor posee para decir lo que no se puede con palabras. Es así que pinta lo que conoce y lo rodea íntimamente. Su realidad es atravesada por los elementos de las telas; los que, una vez ahí, son reformados, transformados y deformados devolviéndome así una reformulación de su propia vida que le entrega al público en esta obra.

En resumen, EL GABINETE DEL PERRO BLANCO se trata de una obra intimista y personal que llega desde la vida del autor a la vida del espectador por medio de una puesta en escena dramática, tanto por el tipo de imágenes que la conforman como por la técnica y los formatos de sus telas.