Silvio Caiozzi en Puerto Montt y su experiencia hollywoodense: “los gringos me abrazaban después de haber visto mi película”.

 El Teatro Diego Rivera fue el escenario de  la visita de uno de los directores fílmicos más importantes del país.

Un compromiso adquirido entre la Comisión Fílmica de Chile, el Ministerio de la Cultura, las Artes y el Patrimonio en la región y la Corporación Cultural de Puerto Montt  permitió que el director de la última película chilena  seleccionada a los Premios Oscar, “…Y de pronto el amanecer”, llegara a la capital  regional para presentar su película y conversar con los puertomontinos.

“Esta película surgió por  la fascinación que me despertaba Chiloé, a raíz del viaje que hice hace 30 años atrás –aproximadamente- a la isla”, dijo el creador de “Julio comienza en julio”. Con 74 años de vida y casi la misma edad ligado a la pantalla grande, Silvio reconoce su fascinación por el cine desde que tiene conciencia y rememora  (con cierta ternura); “mis padres me contaban que cuando  era  niño hacía berrinches  cuando no me llevaban al cine, así es que mi madre me sentaba en su falda y  yo me quedaba pegado dos o más horas, y en cuanto tuve conocimiento empecé a hacer peliculitas”.

En una entrevista exclusiva,  Caiozzi se atreve a hablar de su paso por Hollywood, de  la escena cinematográfica nacional y de Puerto Montt, entre otras cosas.

¿Cómo fue  su paso por la Academia con “… Y de pronto el amanecer”?

El gobierno me nominó y me contrató un agente de prensa en EE.UU. Este año, fueron 300 los académicos de los Oscar que  debían elegir nueve películas. La asistencia a ver mi película fue espectacular, en total fueron casi 240 evaluadores y en las tres funciones terminaron aplaudiendo, me contaron. En una de estas funciones estaba el presidente de la Academia con su señora (…), los gringos me abrazaban, ¿me podrías creer que una académica hasta me dibujó y me pidió  una firma? Hubo un productor que se puso de pie (en un almuerzo) y dijo;  “para mi es una de las mejores tres películas que hay. El distribuidor gringo y el de prensa estaba n seguros que quedaba entre las nominadas”.

¿Y qué pasó?

Te voy a explicar algo que ni siquiera es secreto; está dentro de las reglas de Hollywood que después que  los académicos votan, llega un comité y ese comité determina si acaso quedan las nueve películas más votadas o deciden sacar una, dos o tres películas y colocar otras en su reemplazo por otros intereses (…). El Oscar funciona con un 30% de política y otros tipos de intereses que se meten de forma anónima y cambian las reglas del juego. A mi no me extraña porque  el año pasado habían premiado a Chile. Entonces,  el Oscar termina siendo una de las premiaciones menos transparente.

¿Cuál es su impresión del cine en el mundo, en Chile y en la producción en  Puerto Montt (y regiones?

“La quebradera que hay en Hollywood es tremenda. Hollywood comenzó a hacer un solo tipo de cine para todas las salas del mundo (infantil) y a no informar sobre el cine de calidad (…), y por eso surge Netflix, que  comenzó a entregar un cine de calidad a la gente (…). En Chile, sigue siendo algo artesanal  y mientras no exista un mercado latinoamericano, va a seguir así.  Tenemos un tremendo mercado, más grande que el gringo, hay más gente que habla español de la que habla inglés, pero estamos separados de España. En  Chile no se ve cine latinoamericano (…), y hay que legislar, tiene que haber leyes que aporten a la promoción (…) y conozcamos las películas que se están produciendo en Chile. (En Puerto Montt)Yo creo que ustedes deben estar como  en épocas que yo viví, cuando desaparecieron las épocas  que hubo –anteriores a Pinochet- en que se comenzó a  ser cine de calidad.  Me tocó vivir toda esa época oscura y llega un momento donde no hay  recursos,  pero yo tengo un plus, mi familia era acomodada  (…), entonces, yo me imagino  que aquí, la gente que tiene pasión por hacer cine debe sentir algo muy parecido a lo que sentí en aquellos años; el estar lejos, aislado y con falta de apoyos.

Finalmente, ¿algún mensaje  especial?

 Tenemos que aprender a ver cine chileno. Nuestras películas se ven mucho más afuera que aquí. Se están filmando treinta y tantas películas y la gente no se entera, porque falta legislar acerca de  esto. Por ejemplo, una alternativa  es que se exhiban las películas en todas las salas de cine, entonces se puede promocionar en  todas las salas del país y estás invirtiendo en promoción (…).Hay una crisis brutal porque se llegó a la conclusión que las salas de cine hay que transformarlas en un fantasilandia”.