Con la conducción de Ramón Munson, Paulo Huirimilla protagonizará el espacio que se emitirá desde las 19.00 horas de este lunes 12 de octubre a través de “@culturaptomontt”.
Un encuentro en el que se develará la poética liberadora de Paulo Huirimilla, a través de la presentación de su poemario de 28 páginas -ahora traducidas al inglés- es lo que se vivirá a través de la plataforma de @culturaptomontt por facebook.
El libro es es un poemario de 28 páginas, versión a doble espacio, compuesto en versos libres. Está dividido en un poema introductorio, una continuación del poema como genealogía de los desaparecidos; Memoria, Circular, memoria de otros desaparecidos y Corrido sin rostro, otros desaparecidos del Chile Neoliberal. La lectura fluye entre la sencillez, la complejidad y la belleza de un lenguaje que no cesa de convidar el asombro. Este Osario poético es descrito por su autor como un mundo desechable. Estos muertos, cuya memoria rescata el poeta mapusungún, Paulo Huirimilla, no pudieron defenderse de aquel remanso lapidario y anónimo. “Según este gran poema, lleno de Newen, caminamos hacia el santuario de una peste global, sin un final predecible que salve el medio ambiente de otro apocalípsis menos bíblico”, señala el autor.
Algunas críticas y comentarios sobre la obra
«Juan Paulo Huirimilla nos entrega en este Osario el mapa psíquico de una voz que reconstruye su pasado y conmemora a sus muertos. Como un tren que recorre los caminos del silencio, los nombres y las almas de los ejecutados van abriéndose paso para no olvidar ese obituario colectivo que se llamó colonización, pacificación, dictadura, desaparecidos. Como un tigre azul que recorre la cordillera, la voz de Huirimilla le habla a los vivos y a los muertos que portan la angarilla donde viaja el ángel de la historia». Jesús Sepúlveda.
«Conozco la voz de Huirimilla, voz de antepasados y muertos sin redención. Su voz es la de los jóvenes a los cuales les saquearon las riendas de su caballo, transfigurándolos en sombras, huellas, ecos que hablan desde el bosque y desde el mar. Él también anda armado, atento a la muerte, al gringo, al asesino o al torturador, custodiado por el bramido salvaje de los toros que protegen la tierra. Él también es el viajero, sin nombre, sombra, Nadie, en espera de que el cuchillo o el disparo implacable y sangriento lo despierten para regresar, por fin, al lof». Selva Mora