La historia comienza por un huevo que son todas las personalidades. Un brillante comienzo para un proyecto que seduce por su rareza poética y darse el lujo de habitar un paisaje endémico, único.
Coloquial, lírica, antipoética, “etérea, despeinada”. Jano Opazo Reyes viene de un viaje por lo que trae de vuelta a sí mismo, a la coa silabario de las que te criaste y a la poesía.
Juega, crea y se sumerge en ese Jano que se duele y se divierte con sus acertijos robados al tiempo, a nuestro tiempo que pareciera desaparecer.
Con una actitud política clara sin ser un panfleto los textos nos conmueven por su honradez y desfilan personajes, objetos, paisajes que nos acercan más de lo normal a su vida. Una infancia que se construye con historias, porque Jano Opazo Reyes nos cuenta y en rigor es el jugalr de su pueblo. Y puede estar haciendo clases en la cárcel o ser el preso de su propio oficio siempre con la lluvia del sur de Chile que estila en su hoja.